Cuando llegue la provocación a tu vida, ten la capacidad de
mansedumbre sabiendo quién eres, en quién has creído y confiando en
Dios. Nada es más grande que lo que Dios puede hacer en tu
vida.
Muévete del hacer al ser. Por causa de aceptar lo que Jesús hizo
por ti en la cruz del Calvario eres bienaventurado. Tú no puedes
hacer para entrar al reino de Dios, es Él quien hace.